Existen registros humanos desde tiempos arcaicos, la memoria cultural siempre ha sido muy importante en la historia humana. El artista es un testigo, como dice Guillaume Bijl.

Cuando en nuestra sociedad actual el mercado de arte puede definir si una obra será vista por el pú blico, este es un acontecimiento muy preocupante. Se puede observar el desarrollo del mercado artístico actual, donde se especula con cuadros, objetos, esculturas, instalaciones, como si se tratara de objetos de valor meramente comercial.

El objetivo primordial de una obra de arte es el ser observada por todos para la reflexión colectiva, siendo la ú nica manera de que pueda existir un diálogo que mantenga en vida el arte contemporáneo. Este acto de interiorización generado por una experiencia estética, está siendo limitado en estos dias por la estructura de poder que define el arte moderno. Un ejemplo de ello es el artista americano Mark Rothko, del cual se está mostrando actualmente una retrospectiva. Los elevados precios que ciertas Galerías y coleccionistas han especulado hasta sumas millonarias (73 Millones de dólares) hacen muy dificil que sus obras se puedan exhibir en un futuro, porque no existen medios de pagar los seguros.

El acto de especulación comercial es un claro ejemplo adonde nos van llevando los grandes líderes del mercado artístico mundial. El arte en su posición como embajador cultural universal es violado. Estos acontecimientos me generan un profundo malestar que quiero expresar con la realización de una huelga de hambre.

Para el artista, cada obra de arte es un hijo. Si esta obra de arte no tiene la posibilidad de desarrollarse, siendo exhibida, reflectada y comentada, esto equivale a un aborto. Esto ocurre con la mayoría de obras en el tercer mundo que tunca tendrán una importancia y resonancia más allá de lo regional. Pero también pasa con artistas mundialmente reconocidos que corren el mismo riesgo de que su calidad de testigo sea suprimida.